Destapando
a Francesc Tamarite
“Todos mis pasos en la
vida, hasta que llegué al teatro, han sido por el rap”
Francesc
Tamarite. Otros lo conocerán por su nombre artístico Fuethefirst. Inició su
carrera como rapero con el grupo Cloaka Company. Su interés por querer mejorar
en el escenario, por querer transmitir “algo más”, le condujo a iniciar sus
estudios de Arte Dramático. Fue al acabarlos, cuando Francesc dejó a un lado a
Fuethefirst, para centrar su vida en el teatro. Desde entonces, no ha parado.
Ha trabajado en el programa Y en el fondo
norte, de Aragón Televisión. Ha participado en varios videoclips junto a
Carmen Paris, Jahsta, Rapsuskley o Frutas y Verduras. Actualmente forma parte
de la compañía de Teatro del Temple en el montaje Don Juan Tenorio, de la compañía Luna de Arena en el montaje 7 niñas judías, y de la Escuela Cómica
Suicida. Está también auto produciendo, junto con Irene Alquezar, la obra
Enredos.
Plaza
San Francisco. Zaragoza. Espero sentada en un banco a que
él llegue. Cuando llega sonríe, se disculpa por el retraso y me da dos besos.
Le pegunto a que bar le gustaría ir. ¿Te parece bien el Laurel?, me propone.
Perfecto, respondo. Caminando uno al lado del otro hacia la cafetería, le
pregunto por el montaje auto producido, Enredos, que está llevando a cabo con
la actriz Irene Alquezar.
- Está funcionando muy bien.
Conseguimos actuar mucho. Enredos es algo cómico, buscamos textos muy potentes.
Actuamos todos los sábados de abril, excepto el día 20 a las 21.00 en la sala
Extintor.
-¿Dónde
está la sala Extintor?
-En la calle Las Armas.
Se puede reservar escribiendo al email salaelextintor@gmail.com
Llegamos a la
cafetería. -¿Está mesa te parece bien?, le pregunto. Asiente y nos sentamos uno
en frente del otro. Por fin me permito observarle. Es un hombre joven con porte
de deportista. Es alto, metro noventa, aproximadamente. Destacan su piel morena
y su pelo afro, herencia de sus orígenes guineanos. Sus ojos oscuros me miran
esperando. Enciendo la grabadora, y Francesc y yo nos adentramos en la
entrevista. Una entrevista en la que hablaremos de teatro, rap y sexo.
¿Cómo
es ser actor en Aragón?
En general, como en
casi todas las profesiones, es complicado. Podría dar el mismo discurso que se
daría en cualquier otra profesión. Respecto a las profesiones artísticas, somos
nosotros mismos los que nos tenemos que sacar las castañas del fuego, trabajar
como actor por cuenta ajena hoy en día es complicado. Por ejemplo, Enredos,
partió como una alternativa para conseguir más trabajo, un trabajo rentable.
¿Podrías
comparar la situación del teatro en Zaragoza con otras ciudades de España?
¿Cómo
llegaste al teatro?
Yo hacía rap y tenía
bastante inquietud por conseguir transmitir más cuando estaba en el escenario.
Empecé clases de danza, de canto…conocí a gente que estudiaba en la escuela de
teatro y me dijeron: “ya que haces tantas clases, metete a la escuela de
teatro, te saldrá más barato y lo harás todo de forma más intensiva”.
Has
trabajado también en televisión, en el programa Y en el fondo norte, de Aragón
Televisión. ¿Prefieres la televisión o el teatro?
En el teatro tienes la
oportunidad de ensayar mucho, y eso está bien, porque cuando vas ensayando y
ensayando, tu personaje va creciendo, va cogiendo vida. En la televisión es
distinto. Te llegaba el guión el domingo por la noche, y el lunes ya se
grababa. La televisión es muy de ir a ‘mata caballo’, aun así el ambiente, al
ser un programa cómico, estaba muy bien.
¿Te
gusta más lo cómico que lo dramático?
En realidad no. Me
gusta el teatro en general, pero concretamente lo cómico es muy agradecido.
¿Vende
más?
Claro. La gente tiene
muchas más ganas de ir a echarse unas risas que ir a ver un dramón.
¿Has
protagonizado alguna vez alguna escena subida de tono?
Sí, en un cortometraje
de Irene Alquezar, mi compañera en Enredos. Ella hacía de sexóloga y explicaba
a las mujeres como tener un orgasmo, y bueno, teníamos una escena en la que
estábamos…(ríe)…ya sabes.
(Río).
Sí. Te entiendo. ¿Fue difícil, incómodo?
Lo difícil en esos
planos fue una cuestión meramente técnica, ya que íbamos con la ropa interior
puesta y había que intentar que no se viera. Aun así si te fijas hay planos en
los que se ve que llevo los slips puestos. La experiencia fue muy divertida,
aunque a decir verdad, en los rodajes se suele repetir tanto lo mismo que a
veces es un poco tedioso. ¿Incómodo? No demasiado.
¿Es
compatible grabar este tipo de escenas con tener pareja?
Creo que hoy en día
estas cosas no suponen ningún inconveniente si tienes pareja. Sí que he oído alguna
vez a algún compañero que su novia tiene que hacer alguna escena caliente y
tal…y como que se ponen nerviosos, no sé.
En
el videoclip de la canción Nuestro
momento del grupo Frutas y Verduras, sales al principio con una chica, los
dos en ropa interior en la cama. ¿Cómo viviste la grabación?
Ella venía de Madrid,
yo no la conocía de nada. Llegó un momento en el que apareció ella en sujetador
y bragas…y claro, yo también estaba medio “despelotado”… “Me encanta mi
profesión”, dijo ella. (Ríe)
¿Te
dio más ‘corte’ al no conocerla de nada?
Es que ella estaba muy
relajada, se la veía muy acostumbrada. Supongo que encontrarte con una persona
que está confiada ayuda. En esos tiempos tomaba clases de ‘danza contact’, en
las que trabajábamos mucho con el contacto con el otro, y eso se nota. Se
rompen barreras e inhibiciones que tenemos.
Entramos
ahora en el tema del rap… ¿Eres antes actor o rapero?
¿Con
que edad empezaste a rapear?
Con 13, 14 años.
¿Por
qué el rap?
Cuando era crío, en
Zaragoza no había muchos chicos que fueran negritos o como en mi caso mulatos.
Cuando tienes esa edad buscas algo con lo que sentirte identificado…y los
raperos eran todos negros (ríe). El rap se acabó convirtiendo en un juego muy
divertido, era una cosa con la que tú te podías expresar y devanarte los sesos
en tu casa cuando estabas solo y aburrido. Yo se lo recomiendo a otros
chavales.
¿Y
hoy? ¿Qué significa el rap para ti?
El rap…Imagínate… el
rap ha sido todo en mi vida. Yo he llegado a ser actor, me metí en la escuela
de teatro por el rap. Todos mis pasos en la vida, hasta que llegué al teatro
han tenido relación con el rap. Todo mi movimiento vital ha sido el rap. Así
que imagínate lo que significa para mí.
¿Qué
tienen en común el rap y el teatro?
Son expresiones del
ser. El actor es el instrumento que maneja las notas del texto, porque el
teatro es ritmo en gran medida. La involucración que tú puedas tener con las
emociones, eso de alguna manera, está muy vinculado con el rap.
Una
de tus canciones Por follar sin condón,
cuanta la historia de una chica y un chico que se conocen una noche loca, tienen relaciones, y al
tiempo él la encuentra por la calle embarazada. ¿Cómo surgió ese tema? ¿Te pasó
algo parecido?
(Ríe). Sí…me pasó algo
parecido. El principio de la canción es bastante fiel a la realidad, pero el
final no. El final está dramatizado para que la canción tenga más interés.
Vale.
Entonces no tienes a ningún hijo por ahí perdido.
(Ríe) No, no. En absoluto.
¿Alguna
anécdota más relacionada con el sexo en tu pasado como rapero?
Sí…a mi primer grupo,
Cloaka Company, nos invitaron a participar en una peli porno.
¿Has
sido actor porno?
No, no. Hicimos un tema
para la película y una pequeña aparición, salíamos por detrás haciendo bulto.
Los profesionales se lo montaban en una estación de tren abandonada y nosotros
pasábamos por allí. Muy cutre.
¿Qué
anécdotas puedes contarme tras haber asistido al rodaje de una película porno?
Es muy curioso que
cuando a la chica, sus ‘partes’ se le ponen rojas, cortan para ponerle polvos
de maquillaje. Además me llamó la atención que practican las posturas antes de
grabar como si fuera una coreografía. Muy profesionales.
¿Y
no te planteaste salir en la película como actor principal?
¿Cómo
te ves de aquí a un año?
(Piensa). Trabajando
más todavía. Trabajando más en el sentido de estar un poco menos preocupado por
llegar a fin de mes.
Está
la cosa muy mal…
Sí, pero a mí no me
gusta hablar en esos términos, porque yo creo que nos pesa. Sí, esa es la
realidad, pero de momento no tenemos otra alternativa que asumir cómo es,
olvidarnos de cómo es, y al mismo tiempo tomar las iniciativas necesarias para
salir adelante.
Y
dentro de diez años, ¿cómo te ves?
(Piensa). Yo…espero
seguir pudiendo dedicarme a lo que yo quiero hacer. Tampoco tengo una visión
clara de lo que quiero de aquí a diez años, lo que sí tengo claro es que quiero
ser una persona que tenga las riendas de su vida. Soy bastante reticente a
trabajar por sobrevivir, quiero trabajar porque a mí me interese ese trabajo, y
como me interesa lo desarrollo con profesionalidad. Pero trabajar en algo que
no me interesa en absoluto, es algo que me aterra.
Texto: Sara Piquer Martí
Fotografía: Paco Navarro y Andrea Campos
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